Belleza alejandrina

La gardenia en su rostro está apagada y marchita

¿Qué pesar en el alma la conturba y agita?

El rubí de su pelo ha perdido el color

Y sus ojos de ágata ya no miran al cielo,

Derraman lágrimas brillantes y sin consuelo

Esperando caricias de ternura y amor.

 

El cisne argentino languidece en su almohada,

Que gozosa acaricia su mejilla rosada,

Por faltarle el cariño, por faltarle los besos:

¡Quién fuera las sábanas de su lecho fragante

Y su figura envolviera con manos de amante

Para hacerle el amor y calentarle los huesos!

Deja un comentario